Cuando realicé mi Crotometraje “Como el Cristal” elegí el
maltrato psicológico. El motivo principal es porque, personalmente creo que,
los moratones, y heridas físicas, antes o después se curan. Son mucho más
vistosas y escandalosas. Pero se curan. Pero las heridas de la mente… Esas son
verdaderamente peligrosas. Son silenciosas, no se ven…. La mayoría de las
veces, quien lo sufre, ni siquiera es consciente de sufrirlo. Y lo peor de todo
es que nadie es inmune a él, ni hombres, ni mujeres, ni niños.
Lo veo cada día y me repugna, me hierve la sangre en las
venas ante esa injusticia en particular… Los maltratadotes psicológicos,
grandes conocedores del arte de la manipulación, cometen conscientemente
barrabasadas en nombre del amor.
No. El amor es otra cosa. El amor es el compañerismo, la
comprensión, el sostén de tu pareja, la capacidad de hacer reír, la virtud de
discutir sin dar donde más duele y el don de perdonar después. Es compartir. Es
volar juntos en la misma dirección. Es apoyarse a crecer juntos en todos los
aspectos de la vida, personales y laborales. Es sentir como el corazón se para
ante un te quiero. Es dar un abrazo a tiempo, sin que lo pidan, pero cuando más
se necesita. Es tratar de ponerse en la piel del otro para comprender sus
motivaciones. Es aprender juntos, caerse juntos y levantarse juntos. Y soñar
juntos.
El amor nada tiene que ver con el sometimiento, con los
celos, con obligar a tu pareja a satisfacer tus necesidades aunque no quiera,
no pueda o no le apetezca. El amor no se basa en prohibiciones. En amenazas. En
chantajes psicológicos varios (he visto con mis propios ojos como una persona
ha amenazado otra con suicidarse si la dejaba… Menudo peso sobre los hombros…
Menuda espada de Damocles). El amor no es cortar las alas y sueños de tu
pareja, reducir su círculo de amigos, no dejarle aire ni espacio… El amor no es
control absoluto sobre cada paso que da…. Todo lo anterior y mucho más, es
maltrato psicológico que va minando y minando tu personalidad, tu identidad y
tu autoestima hasta que dejas de ser una persona libre y te conviertes en un
muñeco de trapo en las garras un “vampiro manipulador”.
El miedo tiene muchas caras… Y no siempre es miedo a una
paliza… Hay otras clases de miedos, menos visibles, más profundos… Y el miedo
te impide actuar libremente.
Frases como: “Si no haces esto es que no me quieres…”, “Soy
celos@ porque te quiero…”, “Si me quisieras te alejaría de menganic@”, “Quiero
saber siempre donde estás porque no puedo estar sin ti…”… Esas y muchas más son
frases típicas de un@ maltratador/a psicológico/a.
Luego llega la culpabilidad… Realmente te llegas a creer lo
que te repiten una y otra vez todos los días… Lo mala persona que eres por
hacer o no hacer determinada cosa… Y la culpabilidad mina aún más tu autoestima
y cada vez caes más en una tela de araña muy difícil de romper. Llegando a
creer, equivocadamente, que es amor. Llegando a olvidar que detrás de las
vejaciones, los desprecios, el chantaje, hay una vida en la que podrías ser
feliz. Sobre todo porque tendrías la libertad de ser tú mismo y no lo que se
quiere hacer de ti.
Eso no es amor. Es una dependencia absolutamente destructiva
y muy peligrosa. El amor es otra cosa.
El problema de esta clase de maltrato es que su detección o
diagnóstico es muy complejo. Por eso, los que lo sufren, se sienten
absolutamente desamparados por la ley. Cuando el maltratado es un hombre (y
vuelvo a hablar desde el más puro conocimiento de causa, conociendo varios casos),
es aún peor. El hombre tiene que ser el fuerte y la mayoría de las veces, su
propio ego le impide reconocerse así mismo que está siendo maltratado o
manipulado. Los que lo saben, no saben como romper esa hiriente tela de araña,
porque bien saben que denunciar, en su caso, no vale de nada. La sociedad, en
general, no los cree, ni la policía, ni los jueces… ¿Qué hacer en ese caso? Ser
valiente y romper con todo. Esa es la teoría, pero la circunstancias, a veces,
provocan que esa opción ni siquiera sea posible.
Podría escribir un libro entero sobre lo que he llegado a
ver, sobre como he visto convertirse a personas en una marionetas sin voluntad.
Podría escribir cien hojas sobre las tácticas de los grandes manipuladores/as…
Pero no serviría de nada si tú, que ahora me estás leyendo, permaneces
impasible. Si ves un caso de maltrato psicológico en un amig@, aconséjale,
díselo, no le dejes solo, trata de buscar soluciones viables, ábrele los ojos
si no es capaz de ver “que el amor es otra cosa”… No te rindas, porque a lo
mejor eres su único bastón. Su único apoyo.
Igual que se condena el maltrato físico, debería de
condenarse con la misma fiereza el psicológico. Y llamar por su verdadero
nombre a estas “personas” que lo llevan a cabo: MALTRATADORES/AS.